diumenge, 27 de juliol del 2008

El català de Montilla

http://www.youtube.com/watch?v=izXsmvfzZ9Y
Vídeo de fa 2 anys.



Recentment, unes declaracions de Felip Puig (CDC) han estat un cop més motiu de polèmica i, alhora, ha mostrat la realitat dels partits de govern, sobretot de la transformació i espanyolització d'ERC.

Abans que res, des de que José Montilla va accedir a la presidència de la Generalitat que ja vaig deixar d'entendre les coses.

Anem a pams, i posant fets (i no paraules), que són incontestables, ja que només hi pot haver una sola manera d'interpretar-los.


Tothom qui hagi vist i escoltat mai a Montilla, haurà pogut apreciar que parla el català pèssimament pel càrrec que ocupa.

Montilla ocupa el càrrec de PResident de la GENERALITAT DE CATALUNYA.

I Montilla no sap parlar bé en català. (el tret que a mi em crida més l'atenció són les S sonores, no en fa cap).


Conclusió: Tenim a un President de la Generalitat que no sap parlar bé en català.



I això és irrefutable i innegable.

I personalment, ho trobo bastant trist que haguem de tenir un president de Catalunya que no sàpiga parlar en català.

En primer lloc, si no sap parlar en català, potser que n'aprengués, però abans.


I en segon lloc, hem de tenir ben clar perquè Montilla és president.


I ni més ni menys és gràcies a ERC.


I és aquí on ja deixen d'entendre's les coses:

Com pot ser que un partit independentista estigui a favor de posar un espanyol (andalús) com José Montilla, que no sap parlar bé en català i que és del PSC-PSOE, que no ha fet gaires favors als Països Catalans que diguem...

O sigui, que ERC prefereix pactar amb espanyols que amb catalans com CiU...


On són els ideals de ERC??

On són els PPCC que tant prediquen i que tan obliden?


Així es perden vots, ERC.


I així fas mal a la gent, ERC.


La política, quan toca sentiments, cabreja a la gent.

Sabem que és la vostra feina, però almenys coherència i respecte, si us plau.


Tornant al tema Montilla.


Un greu ERROR que s'ha fet és EXTRAPOLAR les declaracions de Felip Puig al PRESIDENT DE LA GENERALITAT cap als ciutadans comuns.


En primer lloc, sembla que no es pugui criticar al president de la generalitat, només se li pot elogiar i llepar-li el cul.

En segon lloc, ERC sortia a la defensiva, dient que més val parlar un català mal parlat que no parlar-lo.


I això encara ofèn més. Perquè per la gent comuna, ciutadans normals, sí que és cert que és preferible parlar-lo malament abans que no parlar-lo; així mateix com ho és parlar-lo bé abans que parlar-lo malament.


Però per favor, no parlem d'un nouvingut, d'un immigrant que acaba d'arribar i que s'ha d'integrar.

Parlem d'una persona que ja va ser alcalde d'una ciutat de l'àrea metropolitana de Barcelona, que ja fa ANYS que és aquí, i que no només això, sinó que no és un ciutadà comú, sinó que és el PRESIDENT DE LA GENERALITAT, i a ell se li ha d'exigir que representi bé als catalans i a la seva llengua.


Per mi és una aberració tenir un president de Catalunya que no sàpiga parlar bé en català, i encara és més agreujant que ho sigui gràcies a uns independentistes, que pel que sembla ja no són ni Republicans ni de Catalunya, ara han passat a ser d'Esquerres, i tant se'ls hi enfot els Països Catalans i tot... només volen estar al govern i cobrar.

Els ideals, amb diners, s'envan.

http://www.youtube.com/watch?v=_hA2Me2wBK0

dissabte, 12 de juliol del 2008

Manifiesto por la lengua común

Desde hace algunos años hay crecientes razones para
preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la
lengua castellana, la única lengua juntamente oficial y común de
todos los ciudadanos españoles.

Desde luego, no se trata de una
desazón meramente cultural –nuestro idioma goza de una pujanza
envidiable y creciente en el mundo entero, sólo superada por el
chino y el inglés- sino de una inquietud estrictamente política: se
refiere a su papel como lengua principal de comunicación
democrática en este país, así como de los derechos educativos y
cívicos de quienes la tienen como lengua materna o la eligen con
todo derecho como vehículo preferente de expresión, comprensión
y comunicación.
Como punto de partida, establezcamos una serie de
premisas:

1) Todas las lenguas oficiales en el Estado son
igualmente españolas y merecedoras de protección
institucional como patrimonio compartido, pero sólo
una de ellas es común a todos, oficial en todo el
territorio nacional y por tanto sólo una de ellas –el
castellano- goza del deber constitucional de ser
conocida y de la presunción consecuente de que
todos la conocen. Es decir, hay una asimetría entre
las lenguas españolas oficiales, lo cual no implica
injusticia (?) de ningún tipo porque en España hay
diversas realidades culturales pero sólo una de
ellas es universalmente oficial en nuestro Estado
democrático. Y contar con una lengua política
común es una enorme riqueza para la democracia,
aún más si se trata de una lengua de tanto arraigo
histórico en todo el país y de tanta vigencia en el mundo entero como el castellano.

2) Son los ciudadanos quienes tienen derechos
lingüisticos, no los territorios ni mucho menos las
lenguas mismas. O sea: los ciudadanos que hablan
cualquiera de las lenguas co-oficiales tienen
derecho a recibir educación y ser atendidos por la
administración en ella, pero las lenguas no tienen
el derecho de conseguir coactivamente hablantes
ni a imponerse como prioritarias en educación,
información, rotulación, instituciones, etc… en
detrimento del castellano (y mucho menos se
puede llamar a semejante atropello “normalización
lingüística”).


3) En las comunidades bilingües es un deseo
encomiable aspirar a que todos los ciudadanos
lleguen a conocer bien la lengua co-oficial, junto a
la obligación de conocer la común del país (que
también es la común dentro de esa comunidad, no
lo olvidemos). Pero tal aspiración puede ser
solamente estimulada, no impuesta. Es lógico
suponer que siempre habrá muchos ciudadanos
que prefieran desarrollar su vida cotidiana y
profesional en castellano, conociendo sólo de la
lengua autonómica lo suficiente para convivir
cortésmente con los demás y disfrutar en lo posible
de las manifestaciones culturales en ella. Que
ciertas autoridades autonómicas anhelen como
ideal lograr un máximo techo competencial bilingüe
no justifica decretar la lengua autonómica como
vehículo exclusivo ni primordial de educación o de
relaciones con la administración pública. Conviene
recordar que este tipo de imposiciones abusivas
daña especialmente las posibilidades laborales o
sociales de los más desfavorecidos, recortando sus
alternativas y su movilidad.


4) Ciertamente, el artículo tercero, apartado 3, de la
Constitución establece que “las distintas
modalidades lingüísticas de España son un
patrimonio cultural que será objeto de especial
respeto y protección”. Nada cabe objetar a esta
disposición tan generosa como justa, proclamada
para acabar con las prohibiciones y restricciones
que padecían esas lenguas. Cumplido
sobradamente hoy tal objetivo, sería un fraude
constitucional y una auténtica felonía utilizar tal
artículo para justificar la discriminación,
marginación o minusvaloración de los ciudadanos
monolingües en castellano en alguna de las formas
antes indicadas.


Por consiguiente los abajo firmantes solicitamos del
Parlamento español una normativa legal del rango adecuado (que
en su caso puede exigir una modificación constitucional y de
algunos estatutos autonómicos) para fijar inequívocamente los
siguientes puntos:

1) La lengua castellana es común y oficial a todo el
territorio nacional, siendo la única cuya
comprensión puede serle supuesta a cualquier
efecto a todos los ciudadanos españoles.

2) Todos los ciudadanos que lo deseen tienen
derecho a ser educados en lengua castellana, sea
cual fuere su lengua materna. Las lenguas cooficiales
autonómicas deben figurar en los planes
de estudio de sus respectivas comunidades en
diversos grados de oferta, pero nunca como lengua
vehicular exclusiva. En cualquier caso, siempre
debe quedar garantizado a todos los alumnos el
conocimiento final de la lengua común.

3) En las autonomías bilingües, cualquier ciudadano
español tiene derecho a ser atendido
institucionalmente en las dos lenguas oficiales. Lo
cual implica que en los centros oficiales habrá
siempre personal capacitado para ello, no que todo
funcionario deba tener tal capacitación. En locales
y negocios públicos no oficiales, la relación con la
clientela en una o ambas lenguas será discrecional.

4) La rotulación de los edificios oficiales y de las vías
públicas, las comunicaciones administrativas, la
información a la ciudadanía, etc…en dichas
comunidades (o en sus zonas calificadas de
bilingües) es recomendable que sean bilingües
pero en todo caso nunca podrán expresarse
únicamente en la lengua autonómica.

5) Los representantes políticos, tanto de la
administración central como de las autonómicas,
utilizarán habitualmente en sus funciones
institucionales de alcance estatal la lengua
castellana lo mismo dentro de España que en el
extranjero, salvo en determinadas ocasiones
características. En los parlamentos autonómicos
bilingües podrán emplear indistintamente, como es
natural, cualquiera de las dos lenguas oficiales.

Firmas (orden alfabético): Mario Vargas Llosa, José Antonio
de la Marina, Aurelio Arteta, Félix de Azúa, Albert Boadella,
Carlos Castilla del Pino, Luis Alberto de Cuenca, Arcadi
Espada, Alberto González Troyano, Antonio Lastra, Carmen
Iglesias, Carlos Martínez Gorriarán, Jose Luis Pardo, Alvaro
Pombo, Ramón Rodríguez, Jose Mª Ruiz Soroa, Fernando
Savater.

I telecinco també.